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DETERIORO COGNITIVO

¿Qué debo observar para sospechar de señales de deterioro cognitivo en una persona mayor?

Identificar un deterioro cognitivo en una persona mayor puede ser desafiante, especialmente porque muchos de los síntomas iniciales son sutiles o pueden confundirse con el envejecimiento normal. Hay un componente edadista en asumir un deterioro per se, por el hecho de alcanzar la etapa de la vejez, deterioro que no se expresa en todas las personas mayores, ni se expresa de la misma manera.  


Sin embargo, hay ciertos signos que podemos observar en la vida diaria de una persona mayor, que pueden indicar un cambio en su función cognitiva. La clave está en prestar atención a cualquier alteración en su comportamiento, memoria, habilidades para tomar decisiones y, en general, su capacidad para llevar a cabo tareas cotidianas. Entonces, ¿en qué debo poner atención? 


Uno de los primeros signos de deterioro cognitivo es el olvido frecuente de eventos recientes o de información importante, como citas médicas o el lugar donde dejaron objetos comunes. Si notas que la persona olvida más cosas de lo habitual y parece tener dificultades para recordar detalles importantes de su vida diaria, esto podría ser una señal de alerta. Aunque es normal olvidar algunos detalles de la vida cotidiana, incluso considerando la hiper productividad y el ritmo veloz de las rutinas modernas, cuando estos olvidos se vuelven recurrentes y afectan su vida cotidiana, es importante evaluar.  


Otro indicio común es la desorientación temporal o espacial. Las personas mayores con deterioro cognitivo pueden confundirse sobre el día de la semana, el mes o la ubicación en la que se encuentran, incluso en lugares familiares. Esta desorientación puede generarles ansiedad o frustración, y se vuelve más evidente cuando pierden la capacidad de navegar de manera autónoma en su entorno. Si observas que la persona se pierde fácilmente o parece desubicada, podría ser necesario un seguimiento médico y una óptima evaluación.  


También es fundamental estar atentos a los cambios en la personalidad y el estado de ánimo. Se ha observado en la evidencia clínica, que las personas mayores con deterioro cognitivo pueden volverse más irritables, apáticas o ansiosas, y sus reacciones emocionales pueden ser desproporcionadas o fuera de lo común a sus conductas habituales. Estos cambios pueden ser un reflejo de la frustración que sienten al no poder recordar o realizar tareas que antes les resultaban sencillas. Si notas alteraciones en su comportamiento emocional, es importante considerar una evaluación profesional. 


Además, la dificultad para realizar actividades cotidianas es otro signo de que algo no está funcionando como antes. Las personas mayores con deterioro cognitivo pueden tener problemas para hacer tareas simples como cocinar, vestirse, gestionar sus finanzas o seguir una rutina diaria. Este tipo de dificultades, especialmente cuando antes eran completamente independientes, puede ser una señal de que el deterioro cognitivo está afectando su capacidad de funcionamiento basal. Observar la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban también puede ser un indicio. 


Si bien, todas estas observaciones requieren el respaldo de una evaluación profesional médica, como personas cuidadoras o redes familiares y vínculos cercanos a personas mayores, podemos ser observadores activos de las señales del deterioro cognitivo. Identificar varios de estos síntomas u observar la pérdida de autonomía en tareas cotidianas de la persona mayor, es clave para hacer una consulta médica, llevando a cabo un proceso terapéutico de intervención precoz, impactando favorablemente en la calidad de vida de la persona mayor y su entorno.  


T.O María José Orellana M.

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